miércoles, 31 de diciembre de 2008

4.2. Antigua China: Historia

Consideraciones acerca de la Historia de China

La China histórica abarca una enorme región del este y el centro de Asia, en la cual habitan cientos de pueblos diferentes. Sin embargo, los grandes protagonistas de la tradición china son el grupo étnico de los chinos Han, quienes crearon las principales lenguas chinas y el sistema de escritura de caracteres chinos. La tradición Han estudia la historia a través de los Ciclos Dinásticos, los cuales explican los acontecimientos históricos como el resultado de sucesivos gobiernos de reyes y emperadores, quienes pasaron por etapas de auge y declive.

Pero esta preponderancia de los Han es criticada por muchos historiadores quienes consideran que fundamentar el estudio de la historia china a partir de los escritos Han provoca un sesgo de conocimiento y una visión artificial de unidad cultural. A pesar de esto, el modelo de los Ciclos Dinásticos sigue siendo el más confiable para ordenar la confusa historia de China.

La Dinastía Zhou

La dinastía Zhou tomó el control del Norte de China tras derrotar a los Shang en la Batalla de Muye. El triunfo de los Zhou fue interpretado por estos como el paso de una dinastía corrupta a un gobierno de orden y justicia de acuerdo a una concepción filosófica conocida como El Mandato del Cielo. Este establecía la legitimidad del gobierno real concebido directamente por los dioses, quienes procuraban que el poder estuviese en manos de monarcas virtuosos, justos y sabios. La dinastía Zhou se consolidó bajo el gobierno de los primeros reyes, conocidos como el Rey Civilizador (Wénwáng), el Rey Guerrero (Wuwáng) y el Duque de Zhou. A este último se le atribuye la composición de uno de los primeros libros políticos chinos, el Shujing o Clásico de los Documentos, así como pasajes que comentan el Libro de las Mutaciones y el Clásico de las Odas.

El reinado de los Zhou puede dividirse en dos períodos: el gobierno de los Zhou Occidentales que duró hasta el año 771 a.C. y el gobierno de los Zhou Orientales que duró hasta el 256 a.C.

Los Zhou Occidentales se caracterizaron por un gobierno fuerte y centralizado, el cual tuvo su capital en las ciudades de Hao (Zhongzhou) y Feng. En el 771 a.C. el rey You repudió casarse con la hija del marqués del estado vasallo de Shen. Furioso, el marqués se unió a los nómadas Quanrong y destruyó Feng, asesinando al rey You. Su heredero, el rey Ji Yijiu, trasladó entonces la capital hasta Chengzhou, ciudad más al este y cercana a la moderna Luoyang. Esto marcó el final del poder central de los Zhou y el inicio del período de los Zhou Orientales.
La Gran Muralla a su paso por las cercanías de Pekín.

Primaveras y Otoños

Este período del reinado de los Zhou Orientales duró desde 722 hasta 481 a.C. Toma su nombre de la crónica conocida como Anales de las Primaveras y los Otoños, cuya autoría se atribuye al maestro Confucio.

La huída de Ji Yijiu debilitó a la dinastía Zhou, quienes retuvieron el Mandato del Cielo con el auxilio de los señores de Qin, Chang y Jin. Sin embargo, su poder fue solamente nominal y pronto los señores de dichos estados comenzaron a exigir más preponderancia como recompensa por la protección de la corona de los Zhou. El duque Zuang de Chang fue el primer noble en establecer un sistema proto-feudal que protegía el poder real a cambio de tierra y poder político. Este sistema buscaba resguardar la civilización contra los llamados pueblos “bárbaros” que rodeaban China. A pesar de esta denominación, algunos de estos pueblos habían alcanzado un nivel cultural comparable con el de los Zhou. Entre estos se puede mencionar a los Wu y los Yue.

El modelo proto-feudal generó una lucha por la hegemonía entre los reinos más grandes, los cuales peleaban entre sí utilizando a los reinos más pequeños como campo de batalla. Este pulso por el poder fortaleció a los reinos de Qin, Jin, Qi y Chu. En el 579 a.C. los cuatro reinos acordaron una tregua con la cual se repartieron los territorios de los estados más pequeños, manteniendo al rey Zhou como una simple figura simbólica.

En el 403 a.C. tres familias de la aristocracia de Jin (los Zhao, los Wei y los Han) se dividieron el reino tras derrocar a los señores y obligar al rey Zhou a reconocerlos. Al mismo tiempo el rey Gou Jian de Yue derrocó al rey Fu Chai de Wu, uniendo en una sola potencia a ambos estados costeros.

Los Reinos Combatientes

El segundo período de los Zhou Orientales se caracterizó por el caos político, la guerra entre reinos y el colapso de la corte de Zhou. Las disputas políticas llevaron al ascenso de siete estados conocidos como los Siete Reinos Combatientes: Qi, Chu, Yao, Han, Zhao, Wei y Qin. En todos estos estados los gobernantes se dieron a sí mismos el título de Rey, lo que implicaba el desconocimiento de la supremacía de los Zhou. El hierro sustituyó al bronce como principal material para la fabricación de armas y se construyeron muchas murallas para rechazar los ataques de los nómadas del norte y de otros estados vecinos. A pesar del caos, este fue también un período de esplendor para el pensamiento chino con el desarrollo del Taoísmo y el Confucionismo.

En el 371 a.C. la marquesa Wu de Wei murió sin dejar heredero. La guerra civil que estalló fue aprovechada por Zhao y Han para atacar. Pero los invasores no pudieron ponerse de acuerdo sobre cómo repartirse el territorio y abandonaron Wei misteriosamente. En el 354 a.C. Hui de Wei atacó Zhao. Qi mandó en auxilio de Zhao a su famoso general y táctico Sun Bin, quien marchó contra Wei, obligando al ejército a regresar para defender sus propios territorios. Esta táctica resultó exitosa y Qi derrotó a Wei en la Batalla de Guiling.

En el 341 a.C. Wei atacó Han, pero nuevamente Qi envió a Sun Bin a intervenir y evitar la victoria de Wei. Esto fue aprovechado por Qin para atacar Wei en el 340 a.C, por consejo del ministro Shang Yang. Gracias a estas victorias Qi y Qin se convirtieron en los dos estados más poderosos de China. Pero esta supremacía no iba a durar.

En el 389 a.C. el reino de Chu había iniciado una serie de reformas bajo la dirección del ministro Wu Qi. En el 334 a.C. Chu se preparó para atacar Qi. El rey de Qi persuadió a Yue para que atacara a Chu primero. Esta campaña fue devastadora y el contraataque de Chu le permitió la conquista de Yue, logrando así una enorme expansión territorial.

En un movimiento sorpresivo Qin atacó y conquistó la región de Shu. El poder que alcanzó le permitió derrotar a todos los demás reinos uno por uno a partir del 230 a.C. Para el 221 a.C. China había sido unificada bajo el mandato de un único y poderoso emperador.

La Dinastía Qin

La China Imperial fundada por los Qin perduró a lo largo de la historia con apenas unas ciertas interrupciones hasta 1912 d.C. La pronunciación de la palabra “qin” es parecida al español “chin”, por lo que se cree que este es el origen del nombre de China.

El rey Zheng de Qin, se proclamó Augusto Emperador tras la derrota de los demás Reinos Combatientes, adoptando el nombre de Qin Shi Huang (“Primer Augusto Emperador Qin”). Este título a diferencia del de rey tenía implicaciones religiosas, ya que sólo había sido utilizado para nombrar a los míticos Cinco Emperadores fundadores de la civilización china. Qin Shi Huang gobernó con mano dura, incluso despiadada, siguiendo una filosofía conocida como Legalismo, la cual buscaba la unificación política y cultural de China mediante un sistema de gran control sobre la sociedad. Fue así como se estandarizaron los códigos legales, los procedimientos burocráticos, la moneda, el sistema de escritura y las escuelas de pensamiento y estudio.

El lado oscuro de este proceso fue la persecución y ejecución de intelectuales, así como la quema de muchos libros de otras filosofías, principalmente del Confucionismo, escuela preferida por los anteriores gobernantes Zhou. La confiscación de armas, el servicio militar obligatorio en un ejército imperial, el mejoramiento del sistema de caminos y la destrucción de murallas y fortificaciones fueron algunas de las medidas adoptadas para destruir el sistema proto-feudal y restarle poder a las familias aristocráticas. En un intento por detener las incursiones de los nómadas del norte de una vez por todas, Shi Huang unificó muchas de las murallas del norte, creando la primera sección de la Gran Muralla China. Al final de su gobierno el emperador se había convertido en un tirano egomaniaco. Cerca de la capital de Xiangyang (actual Xian) construyó una monumental tumba donde fue enterrado junto a más de 7000 guerreros de terracota de tamaño natural.

Tras su muerte en 210 a.C, los consejeros Li Si y Zhao Ghao falsificaron el testamento real a favor del segundo hijo de Shi Huang, Huhai. El nuevo testamento ordenaba el suicidio del príncipe heredero Fusu, la destitución del general Meng Tian y el asesinato de toda su familia. Tres años después estalló una revuelta dirigida por los generales Cheng Sheng y Wu Guang. En el 207 a.C. la revuelta triunfó y Huhai fue obligado a suicidarse. Este fue el inicio de una serie de intrigas y asesinatos que terminaron con el ascenso al trono de Liu Bang.
Los Guerreros de Terracota de la tumba del emperador Qin Shi Huang.

El Imperio Han

Al tomar el poder de China en el 202 a.C. la dinastía Han de Liu Bang buscó distanciarse de las acciones tiránicas de sus predecesores, abandonando algunas de las prácticas centralistas del imperio y apoyando la diplomacia como principal forma de mantener la paz. Aunque algunas ideas del Legalismo se conservaron para mantener la unidad de China, el Taoísmo y el Confucionismo se revitalizaron. Incluso esta última se convirtió en la filosofía del estado durante el gobierno de los Han.

La economía de China prosperó durante este período y su influencia cultural alcanzó Vietnam, Asia Central, Mongolia y Corea. Durante el reinado del emperador Wu Di se derrotó a los nómadas Xiongnu y se abrieron rutas comerciales con Asia Central e India. La más importante de estas rutas fue la Ruta de la Seda, que permitió el contacto indirecto de China con Roma a través de los imperios de Kushan y Partia. Incluso se narra el extraordinario viaje de un batallón romano al mando de Antonino Pío que alcanzó la capital Luoyang durante el reinado del emperador Huan.

Entre los logros intelectuales del Imperio Han se puede citar el trabajo de Sima Qian, el historiador antiguo más importante de China. También apareció uno de los inventos chinos más trascendentales: el papel, cuya técnica de fabricación fue mejorada por Cai Lun en el 105 d.C.

La dinastía Han se divide en dos períodos: la Dinastía Han Anterior u Occidental (del 202 a.C. al 9 d.C.) y la Dinastía Han Posterior u Oriental (del 25 al 220 d.C.). Durante el primer período la prioridad de los emperadores fue ordenar el territorio imperial y reducir la amenaza de los nómadas. La capital se encontraba en la ciudad de Changan, desde donde se administraba la recaudación de impuestos y la seguridad de las rutas comerciales.

En el año 9 d.C. el deterioro de la economía en las provincias fue aprovechado por Wang Mang para hacerse con el poder y declarar una nueva dinastía: la Xin. Sin embargo, Mang fue derrotado en el 24 d.C. por el emperador Guangwu, quien aprovechó el descontento popular y la rebelión de los Cejas Rojas, restableciendo el Imperio Han y declarando Luoyang como nueva capital.

El segundo período Han fue de gran prosperidad durante el reinado de los tres primeros emperadores. Pero en el 170 d.C. las desastrosas inundaciones del río Amarillo desataron la hambruna y la rebelión. Los jefes militares se aprovecharon para quitarle poder al emperador. El último emperador Han, Liu Xie, se convirtió en un comodín en medio de una guerra civil entre los generales Cao Cao, Liu Bei y Sun Quan. En el 220 d.C. Xie fue obligado a abdicar por Cao Pin, hijo de Cao Cao (quien había muerto ese mismo año). Como resultado China se dividió en tres reinos: Wei, Wu y Shu. Durante este período de guerra (quizás el más sangriento de la historia china) la población se redujo drásticamente de 56 millones a tan sólo 16 millones de habitantes.

Dinastía Jin y los Dieciséis Reinos

En el 263 d.C. Wei conquistó el reino de Shu, quebrando el poder de los Tres Reinos. Dos años después Sima Yan derrocó al emperador de Wei, perteneciente a la familia Cao, e instauró la dinastía Jin. En el 280 d.C. los Jin conquistaron Wu, unificando nuevamente China. Pero esta unidad duró poco. En el 311 d.C. Luoyang cayó bajo la invasión de los nómadas del norte comandados por Han Zhao. La corte huyó hasta Changan, de donde tuvo que escapar nuevamente por el ataque de Zhao cinco años después. El gobierno de las provincias del norte fue abandonado y la ciudad de Jiankang (actual Nanjing) fue declarada nueva capital. Aunque los Jin continuaron gobernando el sur, su reinado estuvo amenazado constantemente por las rebeliones y las intrigas políticas. En el 420 d.C. la renuncia del emperador Gong dio origen a la dinastía Song, la primera de las Dinastías Meridionales.

Mientras tanto, en el norte los pueblos nómadas fundaron una serie de reinos que lucharon entre sí durante el período conocido como los Dieciséis Reinos. Este se extendió hasta el 440 d.C. cuando los Touba unificaron la región y fundaron la dinastía Wei, la primera de las Dinastías Septentrionales.

Anotaciones para el Mundo Mágico: Las siniestras Mariposas Nocturnas

En la Antigua China la magia siempre tuvo un papel preponderante. La adivinación, el estudio de hechizos y encantamientos y la creación de pócimas están documentados desde la dinastía Zhou en cientos de textos que hoy en día se conservan en la prestigiosa biblioteca de la Academia Mágica y Filosófica de la Montaña Kunlun. Muchos de estos textos datan del período del Imperio Han, momento decisivo para la magia China. Zhang Yanjing, actual director de la academia, ha estudiado la influencia de la Comunidad Mágica china durante el reinado Han.

“Los magos eran bien vistos por la corte Han. El emperador Wu Di no sólo construyó una gran academia confucionista al sur de Changan, sino que también fundó una enorme biblioteca mágica en ese centro. Los adivinos taoístas eran frecuentemente consultados por los altos funcionarios y los ministros.”

Pero no toda la magia fue bien recibida. Las Artes Oscuras eran una preocupación para los primeros emperadores Han. Durante el gobierno del emperador Wen (segundo gobernante Han) un fuerte código de conducta mágica fue redactado con ayuda de importantes magos de la corte. Este código es conocido como la Ordenanza del Caldero Puro, y en él se prohibían varias prácticas consideradas como brujería. La respuesta no se hizo esperar. Zhi Liu (legendaria bruja de gran poder y belleza) fundó la sociedad secreta de las Mariposas Nocturnas, la cual amparó a brujas seguidoras de las prácticas prohibidas por la ordenanza. Algunas de sus miembros fueron incluso importantes personalidades de la corte. Una hija de la primera emperatriz de Wu Di intentó evitar la remoción del título de su madre utilizando maldiciones y pociones ilegales para controlar a varios oficiales. El descubrimiento de su plan condujo a la masacre de cientos de personas implicadas.

Durante el gobierno del emperador Cheng, una joven bruja conocida como Golondrina Voladora acusó a la emperatriz de brujería. Gracias a esta artimaña logró instalarse en la corte y convertirse en la nueva emperatriz en el 16 a.C. Pero su engaño fue descubierto por los magos reales que se encargaron de ejecutarla tres años después.

La tradición mágica cuenta que las Mariposas Nocturnas llegaron a su fin en el 311 d.C. cuando fueron aniquiladas en su totalidad durante la destrucción de Luoyang por la invasión de los nómadas del norte.

Recursos de Investigación:


“Despertar a la Vida: Tesoros de la Antigua China”, revista National Geographic en español, octubre de 2001

“Han”, revista National Geographic en español, febrero de 2004

“En Busca de la Muralla”, revista National Geographic en español, enero de 2003

Actividades:

1. Busca y presenta a tus compañeros información sobre los Guerreros de Terracota de la tumba del emperador Qin Shi Huang.

4.2. Antigua China: La Cultura China

Prehistoria China

La basta región geográfica que conocemos como China ha sido el escenario de una de las civilizaciones más antiguas del mundo, quizás la única que puede rastrear su cronología de manera continua desde la Antigüedad hasta nuestros días. Esta tradición histórica ha sido favorecida por la existencia de documentos escritos desde fechas muy tempranas, entre los que destacan las Memorias Históricas de Sima Qian, escritas durante el Imperio Han entre el 145 y el 87 a.C.

China ha estado poblada desde los albores de la humanidad. Los hallazgos arqueológicos revelan que ya para el 10.000 a.C. se cultivaba arroz en el río Yangzi y mijo en la provincia de Henan. Para el VIII milenio a.C. los pueblos del valle del río Amarillo se habían vuelto sedentarios. Estos serían los precursores de la civilización Han. Durante el III milenio a.C. varias culturas neolíticas se fusionaron dando inicio a la unidad territorial y cultural de la Llanura del Norte de China.

El Emperador Amarillo y la Primera Dinastía

La tradición china atribuye la creación de su civilización a varios personajes míticos conocidos como los Tres Augustos y Cinco Emperadores, quienes inventaron la agricultura, la familia y la escritura.

Entre estos personajes destaca el Emperador Amarillo Huang Di, quien habría gobernado desde el 2698 hasta el 2598 a.C. y se representa como conquistador, juez, inmortal, dios de la montaña Kunlun y del centro de la Tierra. Según la leyenda su madre quedó embarazada después que un rayo cayó del cielo nocturno. Huang Di nació tras 20 años de gestación y con la habilidad de hablar con sabiduría desde pequeño. Él y su hermano Shennong son los fundadores míticos de la etnia Han. Por mandato del Emperador Amarillo el médico Qi Bo compuso el Neijing (canon de la medicina tradicional china) y el historiador Cang Jie desarrolló los caracteres de escritura china. La esposa de Huang Di, la Emperatriz Luo Zu, enseñó a los chinos cómo tejer la seda de los gusanos.

Sima Qian narra que tras el gobierno de los Cinco Emperadores se estableció una alternancia en el poder entre las tribus que gobernaban la actual provincia de Henan. A la muerte de Yu el Grande, líder de la tribu Xia, su hijo Qi se enfrentó a las otras tribus para conservar el poder. El triunfo de los Xia marcó el inicio de la primera dinastía china. Pero este período se caracterizó por la inestabilidad y el conflicto constante. El último rey Xia, el tirano Jie, fue derrotado alrededor del 1600 a.C. por el rey Tang de la dinastía Shang.

La Dinastía Shang

Los Shang son la segunda dinastía china de acuerdo a la tradición, pero la primera cuya existencia histórica ha sido documentada. Es también conocida como dinastía Yin y extendió su influencia por el valle del río Amarillo. Según el relato de Sima Qian los Shang cambiaron su capital por lo menos en seis ocasiones. Sin embargo, sólo han sido encontradas las ruinas de la última capital: Yin (cerca de la actual ciudad de Anyang). Su economía se fundamentaba en la agricultura, la caza y la ganadería.

La evidencia arqueológica muestra un importante culto a los ancestros y a los espíritus naturales entre el pueblo Shang. También se han encontrado gran cantidad de huesos oraculares tallados con las muestras más antiguas que se conocen de la escritura china.

Alrededor del 1100 a.C. los Zhou atacaron a los Shang. Tras perder una batalla decisiva, el último rey Shang se suicidó. Leyendas chinas y coreanas narran cómo tras la derrota, el príncipe Jizi huyó con sus tropas hacia el este, fundando el reino de Choseon, el primer estado de Corea.

El gobierno de la dinastía Zhou significó una época dorada de la historia, durante la cual se consolidó la idea de una única cultura china.

Máscaras de bronce de la dinastía Shang.

La Cultura Tradicional China

La cultura china es una amalgama de conocimientos populares que desde la antigüedad fundamentaron la identidad de los chinos como pueblo y como nación. Estas tradiciones se pueden agrupar en cinco grandes categorías:

  • Astrología y Adivinación: los chinos se rigen por un calendario lunar cuyo año comienza a finales de enero o mediados de febrero, dependiendo del año en cuestión. De este calendario se desprende el Zodiaco Chino que clasifica las personalidades en 12 signos animales de acuerdo al año de nacimiento. La adivinación mediante oráculos ha existido en China desde los orígenes de la civilización, como lo atestiguan los huesos oraculares de la dinastía Shang. El método de adivinación más importante es el I Ching o Libro de las Mutaciones, escrito por el emperador Fu Hsi (Yu Xia) hace 5000 años y que utiliza la teoría del Yin y el Yang y el Ba Gua (sistema de ocho trigramas a través de los cuales se puede explicar el funcionamiento del universo).

  • Medicina Tradicional: para los chinos la salud del ser humano no sólo significa la salud física, sino también la buena relación con el entorno, la salud emocional y la paz mental. El mundo está compuesto por las energías complementarias del Yin y el Yang, las cuales se enfrentan constantemente en busca de equilibrio. De este enfrentamiento surge el flujo constante de energía vital o Chi. Los males y enfermedades son resultado de una anomalía en el equilibrio del Chi. Para restaurarlo los chinos recurren a la meditación, la sana nutrición (base de una rica cultura culinaria), las artes del movimiento (chi kung, tai chi y otras artes marciales), la herbolaria (cada hierba tiene la capacidad de curar un síntoma o enfermedad particular), la acupuntura (estimulando el fluir del Chi por el cuerpo mediante agujas) y los masajes.

  • Feng Shui: es el arte de lograr el equilibrio del Chi en el entorno mediante la adecuada construcción y diseño de los espacios de vida y trabajo. Lograr este equilibrio tiene repercusiones en la salud, la armonía entre personas, la suerte y la riqueza. Las dos principales escuelas del Feng Shui son la Hsing Fa (Escuela de la Forma) y la Li Fa (Escuela de la Brújula). En el Feng Shui se combina la astrología china, la idea de los Cinco Elementos (fuego, tierra, metal, agua y madera) y el sentido común al construir.

  • Filosofía China: el pensamiento chino está marcado por el desarrollo de sus tres principales religiones, las cuales son el Taoísmo, el Budismo y el Confucionismo.

  • Arte Chino: arquitectura, música, pintura y literatura son algunas de las disciplinas artísticas que han servido de pilar para el desarrollo estético de la cultura tradicional china.

Arte y Ciencia

Las primeras piezas artísticas encontradas en China datan de los antiguos pueblos chamánicos del neolítico, destacando las tallas en jade, hueso y bronce.

Desde las primeras dinastías la filosofía, el pensamiento religioso y la comprensión del papel espiritual del ser humano en su entorno se convirtieron en la prioridad de los artistas chinos, quienes alcanzaron una exquisitez y un sentido abstracto del arte muchísimo antes que otras culturas del mundo. La poesía, la pintura y la caligrafía se convirtieron en expresión del poder social y la práctica espiritual. Esto propició la invención del papel a partir de los desechos de seda, paja de arroz, cáñamo y algodón.

La búsqueda de la perfección estética permitió el desarrollo de innovadoras técnicas de trabajo en bronce, madera, piedra y cerámica, así como el descubrimiento de nuevos materiales como la seda y la porcelana.

La arquitectura china combina la búsqueda de la comodidad interior y el equilibrio con el entorno natural exterior. El uso del Feng Shui es de gran relevancia en las construcciones chinas incluso en nuestros días. La influencia de la doctrina confucionista se muestra en la jerarquización de los espacios interiores en viviendas, templos y palacios.

Los matemáticos chinos se concentraron en la solución de problemas prácticos de la vida cotidiana. Por su parte, los astrólogos chinos lograron predecir el movimiento de los astros y los eclipses con asombrosa precisión.

Entre todos los grandes inventores chinos destaca Zhang Heng (78-139 d.C.), astrónomo de la dinastía Han que creó un mapa estelar con la posición exacta de 2500 estrellas y explicó los eclipses lunares correctamente. Pero su mayor logro fue la invención de un detector de terremotos, tan eficaz que avisó del Terremoto de Kasu ocurrido a 600 km de la capital.

Mitología China

La mitología china que conocemos hoy en día es producto de la recopilación hecha por los historiadores chinos hace unos 2000 años. Por ello los mitos antiguos se entremezclan con filosofías posteriores y con el conocimiento histórico que se tenía en esa época, transformando a emperadores en dioses y viceversa. La mayoría de los relatos míticos chinos ocurren durante el reinado de los Tres Augustos y Cinco Emperadores.

Algunas de las divinidades chinas más importantes son:

  • Nüwa: diosa creadora de la humanidad que creó también el arco-iris al reparar el desgarre en el Cielo utilizando piedras de siete colores.
  • Fuxi: hermano o esposo de Nüwa, fue el inventor de la escritura, la pesca y la caza.
  • Shen Nong: dios inventor de la agricultura.
  • Yu el Grande: emperador de la dinastía Xia divinizado como el que regula los ríos y controla las inundaciones. A veces se le representa como un dragón.
  • Zhu Rong: dios del fuego y la guerra.
  • Pangu: dios que separó el Cielo y la Tierra durante la Creación.
  • Huang Di: el Emperador Amarillo, ancestro de la civilización china.
  • Emperador de Jade: dios gobernante del Cielo y la Tierra según la tradición taoísta.
  • Cai Shen: popular dios de la abundancia y la riqueza, se le representa montado en un tigre.
  • Chang E: diosa de la Luna.
  • Guan Yin: diosa de la compasión y la misericordia.
  • Matsu: diosa del mar, también conocida con el nombre de Tianhou, diosa del Cielo.
  • Hotei: el Buda Sonriente, popular deidad budista de la felicidad y la prosperidad.
  • Zao Jun (Zao Wang Ye): el Rey de la Estufa, es el popular dios de la cocina encargado de llevar informes al Cielo sobre el comportamiento de las familias.

Entre la variada fauna mítica de China podemos encontrar a los dragones Yinglong (sirviente de Huang Di), Longwang (el Rey Dragón), Shenlong (dragón de la lluvia), Dilong (dragón de la Tierra) y Tianlong (el dragón celestial). Otros seres que aparecen con frecuencia son los fenghuang o fénix chinos, los qilin o unicornios chinos (kirin en japonés) y el monstruoso pez Kun.

Estatua de Laozi en Quanzhou.

Filosofía China: Taoísmo, Confucionismo y Budismo

Las primeras creencias filosóficas chinas tenían una fuerte influencia de la tradición chamánica, otorgando un significado poderoso a las fuerzas naturales que actúan cíclicamente sobre el mundo. El primer texto filosófico chino fue el Libro de las Mutaciones o I Ching, con el cual se establecieron los fundamentos del pensamiento tradicional chino. La llegada al poder de la dinastía Zhou propició un nuevo orden político, religioso y filosófico conocido como El Mandato del Cielo, que legitimaba el poder imperial como un designio divino para traer orden en un mundo lleno de caos e injusticia. Alrededor del 500 a.C. el debilitamiento de los gobernantes Zhou coincidió con el inicio del período clásico de la filosofía china.

El Taoísmo es una doctrina basada en el antiguo conocimiento chamánico y que fue fundada por el filósofo Laozi (también conocido como Lao Tsé). Laozi era el archivista de la biblioteca imperial en la corte de la dinastía Zhou. Su trabajo se concentró en la naturaleza del Tao, el orden natural en continua transformación que es a la vez eterno y que rige el balance del Yin y el Yang. El taoísmo destaca el concepto del wu wei (la inacción), que plantea que el arte y la vida siguen el sendero de la naturaleza, no los valores de las sociedades humanas. Con el declive Zhou, Laozi viajó hacia el oeste montado en un búfalo de agua. Durante su viaje un guardián reconoció al sabio y le suplicó que escribiese sus enseñanzas antes de marcharse. Fue así como Laozi escribió el Tao Te Ching (Dao De Jing), la obra principal de la filosofía taoísta.

Según la tradición, Laozi fue uno de los primeros mentores de Chiu Kong, también conocido como Kong-Fuzi o Confucio. El maestro Confucio trabajó desde muy joven como funcionario administrativo del estado de Lu. Lamentaba el desorden social y moral causado por el declive de los reyes Zhou, por lo que su doctrina se preocupó por recuperar y difundir los preceptos de los sabios de la antigüedad. El Confucionismo pregona la buena conducta en la vida, el buen gobierno del estado (caridad, justicia y respeto a la jerarquía), el cuidado de la tradición, el estudio y la meditación. Para Confucio las relaciones humanas implican la obligación de los superiores de proteger a los inferiores y la obligación de los inferiores de respetar y ser leales a los superiores. Muchas de las enseñanzas de Confucio están recogidas en el Libro de las Analectas. Aunque el confucionismo fue perseguido ferozmente durante la dinastía Qin, los Han lo convirtieron en base del gobierno imperial.

El Budismo llegó a China desde la India alrededor del 600 d.C, pero no fue hasta un siglo después cuando se volvió popular gracias al filósofo taoísta Hui-neng, quien unió los preceptos budistas y taoístas estableciendo la secta del Budismo Zen.

Anotaciones para el Mundo Mágico: Las ancestrales profecías escritas en huesos

En 1899 el coleccionista muggle Wang Yirong se interesó en los antiguos caracteres chinos escritos en huesos de tortuga que algunas farmacias tradicionales molían para fabricar antídotos para enfermedades como la malaria. Su meticulosa investigación (frenada abruptamente por su suicidio en 1900) fue el inicio de un trabajo arqueológico que permitió la comprobación histórica de la existencia de la mítica dinastía Shang. El desciframiento de estos textos antiguos durante la década de 1930 reveló prácticas de adivinación de uso común y profecías verificadas por los escribas Shang, algo que interesó de inmediato a la Comunidad Mágica internacional.

Durante la Revolución Cultural china de 1966 una joven bruja llamada Xing Wenqiu se encargó de salvar de la destrucción muchos de los huesos oraculares con la ayuda del Ministerio de Magia inglés, logrando llevarlos hasta Hong Kong en vuelos de escoba clandestinos. Wenqiu continuó estudiando los huesos y en 1970 reveló que varios eran en realidad huesos de dragones bola de fuego. La primera pista de Wenqiu fue evidente: los farmacéuticos tradicionales los llamaban “huesos de dragón”.

“El dragón ha sido una figura de poder importante entre los chinos, incluso los muggles.” –escribe Wenqiu en su libro Historia de la Legendaria Magia China- “Es probable que los reyes y magos Shang pensaran que utilizando los huesos de una bestia tan extraordinaria lograrían respuestas más significativas y claras a las preguntas que dirigían a los espíritus de los ancestros.”

La adivinación ha sido una práctica corriente entre los chinos desde los albores de su civilización, incluso entre los muggles. El uso de calderos ding para recibir presagios de los ancestros data también de la dinastía Shang.

Sin embargo, la adivinación china es mucho más antigua. La tradición le atribuye al legendario mago emperador Yu Xia (conocido como Fu Hsi) el haber escrito el Libro de las Mutaciones, base del I Ching, el sistema oracular más popular de China entre magos y muggles. El I Ching utiliza los ocho trigramas del Ba Gua que Fu Hsi encontró sobre el caparazón de una tortuga mágica en el Río Lo y que luego ordenó en la Secuencia del Primer Cielo. En 1143 a.C. el Duque de Zhou creó la Secuencia del Último Cielo, la cual utilizan los magos chinos hoy en día. El Duque también escribió varios comentarios al I Ching que ahondan en el poder oracular de los trigramas, por lo que se cree que él también era un mago de gran conocimiento.

Recursos de Investigación:

“La Nueva Historia del Antiguo Pasado de China”, revista National Geographic en español, julio de 2003

“Feng Shui”, Zaihong Shen, editoriales Dorling Kindersley y Alamah, 2001.

Actividades:

1. Busca y presenta a tus compañeros información acerca del Zodiaco Chino: ¿qué signos animales lo integran? ¿Cuáles son las principales características de cada animal según este zodiaco?

2. ¿Por qué crees que la medicina tradicional china sigue teniendo tanta vigencia hoy en día? Comenta un poco sobre la visión holística que los chinos tienen acerca de la Salud.

lunes, 1 de diciembre de 2008

4.1. India Antigua

La Civilización del Valle del Indo

El subcontinente indio es una región que presenta registros muy tempranos de población humana. Los primeros poblados confirmados datan del 7000 a.C. en Baluchistán y pertenecen a la cultura Mehgarh. Alrededor del 2500 a.C. apareció la primera sociedad urbana en India, la cual es conocida como Civilización Harappa o del Valle del Indo, pues se concentró entre los ríos Indo y Saraswati. Su desarrollo social y tecnológico es comparable a los alcanzados en Egipto y Mesopotamia. Sus principales ciudad fueron Harappa y Mohenjo-Daro. La economía se sustentaba en la agricultura de productos como sésamo, legumbres, dátiles, melones, arroz y algodón, así como en la cría de bueyes, búfalos de río y elefantes. También comerciaban metales y piedras preciosas con Mesopotamia y Persia. Los sumerios se referían a esta civilización con el nombre de Meluhla.

Se cree que las sequías que devastaron la región a mediados del segundo milenio a.C. provocaron su colapso y desaparición.

La Era Védica

Al mismo tiempo que la Civilización del Valle del Indo llegaba a su fin, el norte de la India fue invadido por una serie de pueblos indoeuropeos procedentes de las estepas, los cuales se impusieron a los pueblos locales gracias a la utilización de armas de bronce y carros de combate. Entre estos pueblos estaban los Arios, quienes trajeron consigo el idioma sánscrito y una serie de prácticas religiosas que fueron recogidas durante este periodo en cuatro textos sagrados conocidos como Vedas.

Para el 600 a.C. se habían establecido 16 monarquías en la planicie entre los ríos Indo (al oeste) y Ganges (al este), extendiéndose desde Afganistán hasta Bangladesh. Estos reinos eran conocidos como los Mahajanapadas y tenían una relativa unidad cultural gracias al Hinduismo.

El Hinduismo

El Hinduismo es una de las religiones más antiguas y complejas del mundo. Aunque muchas veces se habla del Hinduismo como una sola doctrina religiosa, en realidad es un complejo sistema de doctrinas que incluyen monoteísmo, politeísmo, panteísmo e incluso ateísmo. Todas estas escuelas conviven y dialogan entre sí, permitiendo su enriquecimiento constante. Existen ciertos principios que son comunes a todos los hindúes:

  • Detrás de todo en el universo existe una suprema realidad llamada Brahman, la cual no tiene pasado, presente o futuro.
  • El mayor logro de los seres humanos es abandonar el Samsara, el continuo ciclo de reencarnaciones que nos mantiene atrapados en el mundo físico.
  • La ley que rige el Samsara es el Dharma, la cual trabaja de acuerdo a las buenas o malas acciones que hagamos en vida. Esta energía de causa y efecto es llamada Karma.

Otras costumbres son el respeto a los bráhmanas (sacerdotes), la separación de la sociedad en un sistema rígido de castas y el carácter sagrado de las vacas.

Los preceptos del Hinduismo están escritos en los cuatro libros sagrados o Vedas: el Rig Veda, el Yajur Veda, el Sama Veda y el Atharva Veda. También son importantes los Upanishads (considerados los textos secundarios principales) y los poemas épicos Ramayana y Mahabhárata (que contiene a su vez al Bhagavad Gita).
La Trimurti Brahmánica: Brahma, Vishnu y Siva.

El Panteón Hindú

La complejidad del Hinduismo se evidencia en la gran cantidad de divinidades dentro de sus sistemas politeístas. Muchos de estos dioses tienen un culto local, pero existen divinidades mayores cuyo culto es más general. Comúnmente son clasificados en dos grandes categorías: los dioses Védicos y los dioses Brahmánicos.

Los dioses védicos son divinidades cuyo culto data de la Edad Védica. Su tradición es más antigua y corresponde a la adoración de poderes elementales:

  • Dyaus Pitar: dios del cielo brillante y la lluvia, es el padre creador.
  • Varuna: dios de “mil ojos” que todo lo ve, es la representación de la justicia divina.
  • Indra: es el hijo de Dyaus y se le relaciona con la lluvia, pero también con la tormenta y el rayo. Posee una barba roja y es ayudado por los espíritus alados de los vientos, los maruts. Es el dios védico más popular.
  • Surya: dios del sol y el amanecer.
  • Agni: dios purificador del fuego y de la guerra cuya piel es de color rojo y posee dos rostros y cuatro brazos.

Las divinidades brahmánicas tomaron fuerza en India con el desarrollo del Brahmanismo, una interpretación más abstracta, filosófica y elaborada del Hinduismo:

  • Brahma: representación de la fuerza creadora, permanecerá inactivo hasta el final de la actual edad del mundo, cuando el cosmos será hecho de nuevo y comenzará una nueva edad. Es el guardián de los Vedas; posee cuatro brazos y cuatro rostros que miran en las cuatro direcciones.
  • Vishnu: dios de la fuerza de conservación del cosmos. Es representado como un joven de color azul con cuatro brazos. Algunas ocasiones aparece dormido sobre la serpiente de la eternidad, Ananta. Se dice que al final de esta edad Vishnu dormirá y de su ombligo florecerá un loto en el cual aparecerá Brahma.
  • Siva: el destructor, es el dios que da fin a las edades. Se le representa de color blanco, vestido con una piel de tigre, pendientes de serpiente y un collar de calaveras humanas.
  • Saraswati: esposa de Brahma y diosa de la poesía, la sabiduría, la elocuencia y las bellas artes.
  • Lakshmi: esposa de Vishnu y diosa de la fortuna y la salud.
  • Parvati: esposa de Siva, conocida por sus dos aspectos. Durga, diosa de la fortuna material y la felicidad. Kali, diosa de la muerte y la justicia violenta, con cabellos y piel negros y un collar de cráneos.
  • Ganesha: hijo de Siva y Parvati, es el dios del comercio, la prosperidad y el conocimiento. Se le representa como un elefante que cabalga sobre un ratón y es una de las divinidades más populares actualmente en India.

Elemento importante del hinduismo brahmánico son las diferentes encarnaciones de Vishnu, conocidas como Avatar. Las más conocidas son: el pez Matsya que cuidó del rey Satyavrate y los siete sabios durante el primer diluvio del mundo; la tortuga Kurma que llevaba el monte Mandara en su espalda; el jabalí Varaha que salvó a la tierra con sus colmillos durante un segundo diluvio; el hombre león Narasingha que desgarró a un malévolo rey; el héroe Rama cuyas proezas son cantadas en el Ramayana; y el príncipe guerrero Krishna, quizás la encarnación más venerada por los hindúes.

El Imperio Maurya

Alrededor del 500 a.C. Darío I invadió el norte de la India, convirtiéndola en una satrapía del Imperio Aqueménida con capital en Taxila. Siglo y medio después Alejandro Magno cruzó las montañas del Indo Kush, pero se vio frenado en Punjab por el reino de Magadha, uno de los Mahajanapadas más importante.

Este reino había sido fundado en el 684 a.C. por la dinastía Shishunaga y su capital estaba en la ciudad de Pataliputra. En el 424 a.C. la dinastía Nanda tomó el poder tras ganar una guerra contra los Shishunaga.

En el 320 a.C. el general Chandragupta Maurya derrocó a los Nanda y tomó el control de Magadha dando comienzo al Imperio Maurya. En el 305 a.C. Chandragupta derrotó a Seleuco I cuando este intentó incorporar los territorios noroccidentales indios al Imperio Seléucida. Más tarde aprovechó 500 elefantes de guerra que había obtenido en aquella victoria para frenar a los reinos helenísticos en la Batalla de Ipso. A pesar de estos conflictos, las relaciones entre Grecia e India se fortalecieron durante el Imperio Maurya, asegurando el comercio entre oriente y occidente.

Asoka, nieto de Chandragupta, es considerado el monarca más importante del Imperio Maurya. Sus múltiples victorias militares extendieron el imperio desde Irán y Afganistán hasta Bengala, y desde los Himalayas hasta el río Krishna, en el Decán. Tras la Guerra de Kalinga, Asoka se convirtió al Budismo, siendo el más grande impulsor de esta religión en el sudeste asiático. El llamado Capitel de Asoka es el emblema de una India unida y el actual escudo de esa nación.

En el 185 a.C. el rey Brihadratha fue asesinado por su general Pusyamitra Shunga, dando fin al Imperio Maurya y estableciendo en el poder de Magadha a la dinastía Shunga. En el sur apareció el reino de los Satavahanas o Andharas, el cual dominó esa parte de la India durante los siguientes 400 años.

Imperio Kushan

En el 160 a.C. la tribu indoeuropea más oriental, los Yuezhi, fueron desplazados de la Cuenca del Tarim por el avance de los pueblos chinos. En el 135 a.C. los Yuezhi conquistaron el Reino Griego de Bactriana (en el norte de Afganistán y Uzbekistán). En dicho territorio una tribu en particular, los Kushan, lograron el dominio sobre todas las demás, adoptando el alfabeto griego y otras características del antiguo reino bactriano.

La presión de las tribus escitas del norte y los partos al oeste obligaron a los kushanos a expandirse hacia el sur conquistando el norte de la India tras una serie de rápidas campañas militares. Tras ser coronado en el 127 d.C. Kanishka I estableció dos capitales en territorio indio: Purushapura (Peshawar) y Mathura. Los kushanos conectaron el comercio marítimo del Océano Índico con la Ruta de la Seda, permitiendo un intercambio de larga distancia entre los imperios de Roma y China.

Alrededor del 225 d.C. murió Vasudeva I y el Imperio Kushan se fragmentó. En esa misma época los sasánidas conquistaron Bactriana y el noroeste de la India, y los dominios kushanos cerca del Ganges fueron tomados por el Imperio Gupta. Kushan desapareció finalmente en el siglo V con las invasiones de los Hunos Blancos y la expansión del Islam.
El templo de Parasurameswar en la ciudad de los 1000 templos de Orissa, antigua capital de Kalinga.

Los Gupta y la Era Dorada

Entre el 240 y el 280 d.C. el gobernante de Bengala, Sri-Gupta, fundó la dinastía Gupta, la cual estableció un basto reino que dominó todo el norte de la India hasta el 550 d.C. Durante el siglo IV d.C. el poder de los Gupta se expandió sobre los pequeños reinos hindúes hasta alcanzar Magadha. Chandragupta I se casó con la princesa de Licchavi, Kumara Devi, quien le dio Magadha como dote. Chandragupta I y su hijo Samudragupta supieron gobernar mediante conquistas y alianzas estratégicas, logrando pacificar los territorios bajo su poder. Tal estabilidad permitió un renacimiento y esplendor de la cultura hindú. Las artes y las ciencias se desarrollaron durante el periodo Gupta de una manera tan extraordinaria que muchos la llaman la Era Dorada de la India. En el campo de las matemáticas se desarrolló el sistema decimal y el sistema numeral que utilizamos hoy en día. En el campo religioso se consolidó la Trimurti de Brahma, Visnú y Siva como la más importante del Hinduismo.

Durante el reinado de Skandagupta en la última mitad del siglo V d.C. los Hunos Blancos tomaron el control del noroeste de la India. Esto fue aprovechado por varios gobernadores de la región del Ganges para declarar su independencia. Las luchas sucesorias tras la muerte de Skandagupta dividieron el reino en dos en el 500 d.C. Finalmente, ambos territorios fueron conquistados por los Hunos.

El Budismo

El Budismo fue instaurado por Siddhartha Gautama durante el siglo V a.C. Según la leyenda, Siddhartha era un príncipe miembro de la dominante casta de los satriyas (nobles guerreros) de un reino a los pies de los Himalayas. Su padre buscó apartarlo del sufrimiento, por lo que le impidió salir del palacio donde todo era alegría. Siendo ya joven Siddhartha pidió a su padre poder salir al exterior, donde conoció por primera vez la vejez, la enfermedad y la muerte. El joven príncipe se sintió angustiado preguntándose si existiría alguna forma de superar el sufrimiento. A los 29 años abandonó el palacio y adoptó la vida de un asceta, viviendo en la pobreza y meditando en busca de la iluminación. Tras aprender de varios maestros, comprendió que ya nadie podría enseñarle más, por lo que se concentró en encontrar las respuestas dentro de sí.

Bajo la sombra de una higuera en Bodhgaya (India), Siddhartha por fin alcanzó la iluminación, convirtiéndose en un Buda (“Iluminado”), rompiendo por fin con el samsara y alcanzando el estado de nirvana (cese del sufrimiento). Después de esto, enseñó las Cuatro Nobles Verdades a través de sermones conocidos como Sutras. La leyenda cuenta que en su lecho de muerte y sabiendo que no volvería a reencarnar, recitó el Nirvana Sutra, el cual resume sus enseñanzas.

Aunque el Budismo es considerado un sistema religioso, para muchos practicantes alrededor del mundo es más un sistema filosófico, pues no se centra en dogmas de fe. El propósito último de sus enseñanzas es la erradicación de la insatisfacción vital provocada por la percepción equivocada de la vida, la existencia y el ser. El cese definitivo de esta percepción es el Despertar o Iluminación. Con frecuencia el Budismo es clasificado en dos grandes ramas: el Budismo del Sur o Theravada y el Budismo del Este o Mahayana. Una escuela que a veces es mencionada como una tercera rama es el Budismo Tántrico o Vajrayana.

Anotaciones para el Mundo Mágico: Los que hablan con serpientes

En 1888 el mago e historiador alemán Giftstoff Kalt y la bruja inglesa Esteno Lestrange fundaron la orden Serpens Argentum, cuya principal finalidad era demostrar cómo los linajes mágicos europeos podían rastrearse ininterrumpidamente hasta los magos Arios de la India. Esta idea se fundamentaba en las investigaciones de Kalt sobre extraños rasgos exclusivos de la Comunidad Mágica, principalmente aquellos que son percibidos con temor por la mayoría. La lengua pársel fue el principal tema de estudio de Lestrange y Kalt, quienes viajaron en varias ocasiones al Raj Británico de la India en busca de información sobre pueblos que decían poseer el don de comunicarse con las serpientes. Kalt estaba convencido que la propia palabra “pársel” era una denominación sánscrita para referirse a los magos parsis del noroeste de la India.

Pero el trabajo de Kalt y Lestrange sobre el origen del pársel fue opacado por las acusaciones contra la Serpens Argentum por su visión anti-muggle y apoyo a la doctrina de la Pureza de Sangre. Grandes magos oscuros como Gellert Grindewald y la Orden de Walpurgis utilizaron las ideas de la Serpens Argentum para ganar adeptos.

Recientemente el trabajo de Kalt ha sido retomado, aunque desde una nueva óptica. Apsara Chandra (afamada investigadora del Centro de Estudios Mágicos de Ingolstadt) ha planteado la posibilidad que el pársel hubiese aparecido en las selvas del norte de la India. Según mitos hindúes, a los pies de los Himalayas se encontraba el reino de los naga, los hombres serpiente, representados como serpientes de gran tamaño (como la que cubrió de la lluvia a Buda durante su meditación bajo la higuera) o como hombres y mujeres con cuerpo de serpiente por abajo de la cintura. La Profesora Chandra encontró relatos orales sobre cómo los naga enseñaron a los magos a hablar con las serpientes.

“Podríamos especular sobre la existencia de hombres serpientes en medio de la selva india” –dice Chandra-. “Pero prefiero interpretar estas historias como una explicación mitificada por la tradición acerca del nacimiento de magos con el don de hablar pársel”.

Para disgusto de los defensores de la Pureza de Sangre, Apsara Chandra está convencida que algunos pueblos muggle (como los encantadores de serpientes) originaron una variante no mágica del pársel.

En el 2004 Chandra visitó Londres invitada por el Ministerio de Magia inglés. Allí se entrevistó con el famoso mago Harry Potter, único hablante vivo de pársel conocido. Sin embargo, Chandra está segura que hay más hablantes de pársel viviendo en el anonimato, ocultos por miedo al estigma social que aún existe sobre esta misteriosa lengua.

Recursos de Investigación:

http://es.wikipedia.org/

“La Civilización del Valle del Indo”, revista National Geographic en español, junio de 2000

“Quién es Quien en la Mitología”, Alexander S. Murray, ME Editores, 1997.

Actividades:

1. Busca y presenta a tus compañeros de forma creativa información acerca de los textos hindúes Mahabhárata y Ramayana.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

3.4. Imperios de Persia

La Antigua Persia

Persia es una amplia región geográfica del Medio Oriente y el centro de Asia que corresponde mayoritariamente al actual Irán. Su nombre le fue dado por los griegos, quienes creían que el héroe mítico Perses (hijo de Perseo y Andrómeda) se estableció en los Montes Zagros y que los príncipes persas eran sus descendientes. Sin embargo, el origen de los persas es muy distinto. Persia fue colonizada entre el 2000 y el 1800 a.C. por una serie de pueblos nómadas del centro de Asia conocidos como los Arios. Alrededor del 1400 a.C. una nueva migración de arios se asentó en el interior de Irán.

La diversidad cultural de estos grupos impulsó la aparición de varios imperios que se disputaron el control de Persia durante la antigüedad. Los más importantes fueron los Medas y los Persas.

Los Medas

El conocimiento que se tiene del Imperio Meda es muy vago, debido principalmente a que se basa en fuentes antiguas poco fidedignas. El pueblo meda se habría establecido durante el primer cuarto del primer milenio a.C. en el noroeste de Persia, entre los Montes Zagros y Asiria al oeste, Elam y Parsis en el sur, la árida Partia en el este y los Montes Elburz en el norte, los cuales los separaban del Mar Caspio y Armenia.

El centro del país era atravesado por una importante ruta comercial que fue conocida en la Edad Media como la Ruta de la Seda. Esto hizo de Media uno de los reinos más prósperos de toda Persia. Los ricos suelos de los valles de los Montes Zagros permitieron a los medas una importante producción de plantas leguminosas, así como la cría de ovejas, cabras y caballos. Toda esta abundancia facilitó la aparición de grandes ciudades como Rhagae (actual Teherán), Gabae y Ecbatana (capital de la región).

Las tribus medas son mencionadas por primera vez por los asirios como enemigos del rey Shalmaneser III. Según Heródoto, Media fue unificada por Deioces en respuesta a la amenaza asiria. La Crónica de la Caída de Nínive relata cómo el rey meda Ciáxares destruyó la ciudad de Assur en el verano del 614 a.C. Dos años después marchó sobre Nínive en alianza con el rey caldeo Nabopolasar, dando fin al Imperio Asirio. Pero este breve periodo de poderío llegó a su final cuando el heredero de Ciáxares, Astiages, fue derrotado por el rey persa Ciro II el Grande, quien lo hizo prisionero y destruyó Ecbatana.

El Imperio Aqueménida

Los persas eran una tribu aria que se estableció en el territorio de Parsis, al sur de Media. Al igual que sus vecinos, se vieron amenazados por los asirios, por lo que apoyaron las campañas militares de Ciáxares. Un factor parece haber determinado el surgimiento persa: a mediados del siglo VI a.C. se inició la construcción de canales subterráneos en Parsis que irrigaron las áreas desérticas cercanas, expandiendo las zonas de cultivo.

Fue el rey Ciro II el Grande quien inició la conquista de los territorios vecinos derrotando a los medas y tomando el control de varias naciones que estaban bajo el poder de estos. Ciro II es el primero de una línea de poderosos reyes persas conocidos como los Aqueménidas. Con el apoyo de los ejércitos medas, Ciro II conquistó Lidia en 547 a.C. Ocho años después capturó Babilonia, reestableciendo el culto a Marduk y liberando a los israelitas. Tras su muerte en batalla contra las tribus nómadas del Mar Caspio, su hijo, Cambises II, fue coronado rey de Persia. El nuevo rey resultó un tirano que anexionó Egipto tras ganar la Batalla de Pelusio y proclamarse faraón. Su violencia y despotismo provocaron la rebelión de los medas tras su muerte en el 522 a.C. Su hermano Esmerdis intentó apaciguarlos trasladando la capital del imperio hasta la fortaleza de Sikayauvatis.

Esto causó la indignación de los persas y permitió a Darío I conspirar para asesinar al rey, acusándolo de ser realmente el mago meda Gaumata que se hacía pasar por Esmerdis mediante hechicería. El ascenso de Darío I al trono motivó una serie de revueltas por todo el imperio. Tras aplastarlas, se embarcó en una serie de campañas contra Tracia y las tribus escitas del norte del Mar Negro.

Uno de los mayores legados de Darío I fue el inicio de la construcción de una nueva capital imperial: la magnífica Persépolis. También dividió todo el imperio en 20 satrapías o gobernaciones, instaurando un modelo político que mantendrían los posteriores gobernantes de Persia.

En el 499 a.C. las ciudades griegas apoyaron la sublevación de los Jonios en Asia Menor. Los ejércitos de Darío I aplacaron la revuelta y quemaron la ciudad de Mileto. Así comenzó uno de los conflictos militares más importantes y decisivos de la historia antigua.
La antigua capital persa de Persépolis.

Las Guerras Médicas

En el 490 a.C. Darío I envió a la gran flota persa a invadir Grecia como castigo por el apoyo a la revuelta jonia. Sus ejércitos desembarcaron en el oriente de Ática, en la llanura de Maratón. La ciudad de Atenas envió a su comandante Milcíades para hacer frente a los invasores. La caballería y arqueros persas fueron poco eficaces contra las armaduras de los hoplitas atenienses. A pesar de la supremacía numérica, los persas fueron empujados hacia el mar y obligados a retirarse de nuevo a Asia Menor.

Cinco años después Jerjes I fue coronado. Decidido a someter a los griegos, envió emisarios a sus ciudades exigiendo tierra y agua como símbolo de sumisión. Atenas y Esparta se negaron, e incluso en esta última los emisarios fueron arrojados a un pozo. Jerjes I envió entonces un enorme ejército de un millón de soldados que atravesó el Helesponto mediante un gigantesco puente hecho con barcos. Ante el gran número de las tropas persas, los griegos decidieron retrazar su marcha en un estrecho conocido como las Termópilas (“Puertas Calientes”). Tal proeza estuvo a cargo del rey espartano Leónidas I, 300 de sus soldados y más de 1000 de otras regiones. Las falanges griegas se enfrentaron a los Inmortales persas durante dos días de batalla. Finalmente Leónidas I fue traicionado por el griego Efialtes. El sacrificio de estos hombres, sin embargo, permitió a las ciudades griegas prepararse para enfrentar a los persas.

Atenas había sido evacuada por mar, lo que causó la cólera de los generales persas que ordenaron el incendio de la ciudad. Posteriormente la flota persa fue destruida por los atenienses en Salamina y su ejército sufrió una desastrosa derrota en Platea, dando fin a los intentos de Jerjes I por controlar Grecia.

Durante el reinado de Artajerjes I hubo un tercer intento de conquista, pero la derrota en el río Eurimedonte en el 465 a.C. lo obligó a negociar un tratado con los griegos, el cual estipulaba el abandono de cualquier intención persa de conquistar Grecia y la prohibición de sus barcos a navegar por el Mar Egeo.

Dinastía Seléucida

En el 334 a.C. Alejandro Magno de Macedonia conquistó Asia Menor, Canaán y Egipto, obligando a Darío III a preparar un enorme ejército en Babilonia. La batalla se llevó a cabo en la llanura de Gaugamela, donde los persas fueron derrotados y Darío III tuvo que huir. Sin embargo, fue traicionado por los sátrapas de las provincias orientales quienes lo asesinaron en contra de los deseos de Alejandro. Durante la guerra los soldados griegos incendiaron Persépolis como venganza por la destrucción de Atenas durante las Guerras Médicas.

Todo el Imperio Persa pasó a manos del caudillo macedonio hasta su muerte, después de lo cual fue repartido entre sus generales, los diádocos. Los territorios asiáticos le correspondieron a Antógono Monoftalmos, quien fue luego derrotado por Seleuco I Nicátor, diádoco de Babilonia y Siria.

La Dinastía Seléucida gobernó un gigantesco territorio que se extendía desde Asia Menor hasta Pakistán y desde los desiertos del centro de Asia y el Mar Aral hasta las costas del Golfo Pérsico y el Océano Índico. Los reyes intentaron mantener la tradición griega, pero gobernando al modo de los antiguos soberanos sirios, mesopotámicos y persas. La capital estaba en dos ciudades: Antioquía al oeste (actual Turquía) y Seleucia del Tigris en Mesopotamia.

Pero el reino seléucida resultó ser demasiado extenso para administrar. Poco a poco los reyes fueron perdiendo poder y los gobernadores regionales se hicieron coronar como monarcas. En el 64 a.C. el general romano Pompeyo destituyó a todos los pretendientes al trono seléucida y anexionó sus territorios a Roma.

El Imperio Parto

Los Partos eran una tribu escita de criadores de caballos y camellos bactrianos del sureste del Mar Caspio, los cuales conquistaron la provincia persa de Partia durante el siglo III a.C. A partir del 250 a.C. el rey parto Arsaces aprovechó el debilitamiento de los gobernantes seléucidas y conquistó las regiones del antiguo imperio persa. En el 141 a.C. Mitrídates I anexionó toda Mesopotamia. Para celebrarlo se hizo llamar Sháhansháh (“Rey de Reyes”). En el 115 a.C. la Ruta de la Seda se abrió hacia el oriente, recibiendo una delegación del emperador chino Wu Ti. Al igual que sus predecesores seléucidas, los partos gobernaron su imperio desde dos capitales: Hecatompilos en Partia y Ctesifonte en Mesopotamia.

En poco tiempo Roma y el Imperio Parto chocaron por el dominio del este del Mediterráneo. En el 53 a.C. los partos le dieron a Roma una de sus humillaciones militares más grandes de la historia, al aplastar al ejército de Marco Lisinio Craso en la Batalla de Carrhae. El poder militar parto se sustentaba en su caballería con arqueros y caballería pesada, conocida como catafractos. El poder político era de tipo feudal, en donde los nobles tenían mayor importancia que el rey. El imperio buscaba mantener la tradición griega heredada de los seléucidas, pero la combinaban con la tradición irania propia.

Durante los dos primeros siglos de nuestra era Partia se debilitó debido a una serie de guerras civiles. En el 224 d.C. Ardashir I, miembro de la familia Sasan de Persis, derrotó y mató al último rey parto, Artaban V.
Moneda sasánida acuñada durante el reinado de Sapor II. En ella se aprecia un altar zoroástrico al Fuego Sagrado.

El Imperio Sasánida

Ardashir I fue coronado Sháhansháh en Ctesifonte en el 226 d.C, dando inicio a la Dinastía Sasánida. Inmediatamente inició una extensa campaña militar que anexionó muchos de los pequeños reinos alrededor del antiguo territorio parto. Su hijo, Sapor I, continuó estas campañas penetrando en los territorios romanos orientales y conquistando Antioquía alrededor del 256 d.C. La respuesta romana fue una contraofensiva que buscaba recuperar Siria, pero en 259 d.C. Sapor I le dio un duro golpe a Roma al capturar al propio emperador Valeriano en la Batalla de Edesa. Posteriores reyes sasánidas perderían los territorios conquistados, incluyendo las preciadas provincias de Armenia y Georgia.

En el 309 d.C. Ormuz II fue asesinado por beduinos mientras cazaba, marcando el inicio de las incursiones árabes desde el sur del imperio. Los nobles sasánidas coronaron a su hijo Sapor II, quien aún estaba en el vientre de su madre. Sapor II fue uno de los más grandes reyes sasánidas, derrotando a las árabes y logrando un acuerdo de paz con el emperador romano Constantino II. Sus ejércitos conquistaron Turquestán, llegando hasta las fronteras occidentales de China.

El Imperio Sasánida llegó a su cúspide cultural a inicios del siglo V d.C. bajo el reinado de Bahram V. A finales de ese mismo siglo los heftalitas (Hunos Blancos) invadieron y saquearon el este de Persia tras derrotar a Peroz I. El caos se apoderó del imperio que fue gobernado por una serie de reyes débiles. A inicios del siglo VI d.C. Kavadh I negoció una alianza con los heftalitas y atacó al Imperio Bizantino (como ahora era llamado el Imperio Romano de Oriente). En el 502 d.C. tomó la ciudad de Teodosiópolis en Armenia y al año siguiente conquistó Amida junto al Tigris. En dos ocasiones derrotó al ejército bizantino comandado por el famoso general Belisario.

En el 531 d.C. fue coronado Cosroes I, quien creó la primera caballería de modelo medieval: los dekhans. Bajo su mandato las fronteras sasánidas llegaron hasta Etiopía y el sur de Arabia.

En el 590 d.C. Cosroes II fue coronado rey sasánida. Aprovechando la guerra civil que sacudía al Imperio Bizantino, conquistó Damasco, Jerusalén y Egipto, llegando incluso a sitiar Constantinopla. Esta campaña, sin embargo, debilitó las arcas del imperio, lo que fue aprovechado por el emperador bizantino Heraclio para contraatacar. Cosroes II fue asesinado y el Imperio Sasánida se sumió en el caos. Yezdegard III fue coronado en el 632 d.C, pero su reinado duró poco. Ese mismo año comenzó la gran invasión de los árabes musulmanes liderados por Khalid ibn Walid, compañero de armas de Mahoma. En el 651 d.C. Yezdegard III fue asesinado por sus propios nobles y el imperio fue absorbido por el califato islámico de los omeyas.

Sin embargo, el legado persa fue adoptado por los conquistadores musulmanes, impulsando el esplendor cultural islámico de la Edad Media.

Religiones de Persia

La inmensidad del territorio conquistado por los imperios de Persia sumado a la tolerancia religiosa practicada por muchos de sus gobernantes, ayudó a la propagación de gran cantidad de doctrinas religiosas.

La élite persa practicaba el antiguo culto al Fuego Sagrado, regalo de los cielos, el cual era protegido en los templos para evitar que se apagara. Durante el reinado de Darío I se adoptó el culto a la suprema divinidad zoroástrica Ahura Mazda (Ormuz) como protectora de la monarquía, el cual cumplía un principio dual en su enfrentamiento contra Angra Mainyu (Ahriman), el principio del mal. Este culto era monoteísta y basaba sus prácticas en las enseñanzas del mago Zoroastro (también conocido como Zaratustra), las cuales están recogidas en el libro Avesta.

Otro dios indoiranio reverenciado en Persia fue Mitra, deidad solar relacionada con la nobleza y los guerreros e hijo de Ahura Mazda (aunque los zoroástricos consideran su culto como una herejía). La conquista de Alejandro Magno permitió la introducción del Mitraísmo en occidente, donde sobrevivió hasta el siglo V como una religión secreta muy popular en el Imperio Romano, la cual compitió con el Cristianismo.

Cultos menores se desarrollaron alrededor de la figura de los Amesa Spenta (Benéficos Inmortales), los cuales ayudaban a Ahura Mazda contra los demonios o Devas.

El Imperio Sasánida buscó la implantación del Zoroastrismo como religión imperial, aunque con variaciones en su interpretación del Avesta que permitió la aparición de sectas como el Mazdakismo y el Maniqueísmo. Los gobernantes sasánidas permitieron también el desarrollo de otras religiones tales como el Budismo (en las provincias orientales, principalmente en Bamiyán), el Cristianismo (en Armenia y Georgia) y el Judaísmo (en Oriente Medio, con una comunidad próspera en Babilonia).

Anotaciones para el Mundo Mágico: Los verdaderos Magos

Alrededor del 1600 a.C. Zoroastro recibió la revelación de Ahura Mazda que le ordenó reformar la religión de su pueblo, la cual se basaba en la veneración del Fuego Sagrado. Zoroastro plasmó sus enseñanzas en un libro llamado Avesta, el cual habla de la eterna batalla entre el bien y el mal, la omnipresencia de Ahura Mazda (de cuyo espíritu es parte el Fuego Sagrado) y el rechazo a la predestinación, pues cada ser humano debe forjar su destino en el mundo. La religión de Zoroastro se propagó rápidamente por el centro de Asia, principalmente entre el pueblo Magie. La razón: al igual que ellos, Zoroastro era un mago.

Los magi fueron la primera comunidad netamente mágica conocida en la historia humana. El manejo de la magia por parte de ellos fue lo que le dio a esta práctica el nombre con que hoy la conocemos. Pero, ¿por qué los magos persas crearon esta comunidad apartándose de sus compatriotas muggles? Este es un enigma que ha atraído a los estudiosos mágicos por siglos.

El Zoroastrismo tuvo una gran influencia sobre los magi debido a que busca dar una explicación espiritual a los conocimientos mágicos. Los magi fueron fundamentales en la adopción de la religión zoroástrica en Persia durante el reinado de Darío I. De este rey se narra su famoso enfrentamiento con el mago Gaumata, quien había intentado hacerse pasar por el heredero al trono mediante una poción posiblemente similar a la multijugos.

A pesar de los conflictos con los nobles persas, los magi siempre ostentaron una buena posición social. Los estudiosos mágicos creen que los Reyes Magos de Oriente que visitaron al recién nacido Jesús en Belén eran monarcas de la tribu magie.

Con la conquista de Persia por el Islam, muchos zoroastristas (entre los que se contaban a los magi) huyeron hacia el noroeste de la India, donde fueron conocidos como parsis.

Hoy en día el Zoroastrismo perdura entre unos 20.000 parsis establecidos en Irán, India y Pakistán. Algunas de las familias mágicas más antiguas de esta región pueden rastrear su linaje hasta los Magi de Persia: los primeros y verdaderos “magos”.

Recursos de Investigación:

Actividades:

Considera lo visto sobre la historia antigua de Persia y responde:

1. ¿Cuál crees que es la razón por la cual se dice que las Guerras Médicas entre griegos y persas fueron un momento decisivo para el desarrollo del mundo occidental?

2. ¿Por qué crees que la región de Persia es una encrucijada cultural importante entre Oriente y Occidente?

3.3. El Antiguo Egipto: Del Imperio Nuevo al Periodo Greco-Romano

El Imperio Nuevo (1550 – 1070 a.C.)

A pesar de ser descendiente directo de la dinastía XVII, Ahmose I es considerado el primer faraón de la dinastía XVIII. Tras unificar Egipto se concentró en la expansión del reino derrotando a los hicsos en Canaán. Sus descendientes, los faraones Amenofis I y Tutmosis I, continuaron las conquistas egipcias con un poderoso ejército que logró llegar hasta el Éufrates en Mesopotamia. Estas campañas, junto con la recuperación de la influencia sobre Nubia, restauraron las riquezas de Egipto.

La muerte de Tutmosis II en 1479 a.C, provocó una crisis de sucesión que fue aprovechada por su media hermana y esposa real Hatshepsut, quien se hizo coronar con el apoyo del clero de Amón. Su gobierno se caracterizó por un fuerte desarrollo del comercio con Punt (en la actual Somalia).

La muerte de Hatshepsut permitió la coronación de Tutmosis III, quien se enfrentó de inmediato a la sublevación de Siria impulsada por el reino hurrita de Mitanni. Tutmosis IV logró apaciguar el conflicto gracias a varios matrimonios arreglados entre príncipes hurritas y egipcios.

Durante este periodo se construyó el primer templo dedicado al dios Amón cerca de la ciudad Nubia de Napata, iniciando la culturización egipcia de Nubia que tendría importantes repercusiones. El culto a varios dioses asiáticos se introdujo en Egipto aprovechando las similitudes existentes con las divinidades locales. Así tenemos por ejemplo la asimilación de la diosa mesopotámica Ishtar y la fenicia Astarté con la egipcia Hathor, o del dios asiático Baal con Seth.

Los Faraones del Sol

La religión, principal sostén de la identidad egipcia, se vio inmersa en un conflicto de intereses entre los dos cleros más importantes del reino: el Culto de Amón en Tebas y el Culto de Ra en Heliópolis. Aunque los faraones habían procurado mantener una posición intermedia incentivando la adoración a Amón-Ra, el panorama religioso egipcio estaba a punto de dar un giro inesperado que sacudiría todo el reino.

El faraón Amenhotep III proclamó que no sólo era hijo de Amón, sino también encarnación de Ra. Para celebrar tal afirmación construyó en el Nilo un enorme templo frente a Tebas en donde levantó las dos gigantescas estatuas conocidas como los Colosos de Memnón.

Tras la muerte de Amenhotep III llegó al poder su hijo Amenhotep IV, quien ya había servido como regente durante el gobierno de su padre. Su esposa, Nefertiti, fue una de las mujeres más poderosas de Egipto. Durante los primeros años de su gobierno Amenofis IV cambió su nombre por el de Akenatón e intentó implantar una nueva interpretación de las divinidades solares: la unificación de Amón y Ra en un dios superior llamado Atón. Pero esta nueva visión fue rechazada tanto por el clero de Tebas como por el de Heliópolis. Furioso, Akenatón abandonó Tebas y fundó una nueva capital en Amarna llamada Aketatón (“El Horizonte de Atón”). En poco tiempo la nueva interpretación divina del faraón se convirtió en un intentó de reforma que buscaba eliminar a los demás dioses y transformar la religión egipcia en monoteísta.

El conflicto interno egipcio fue aprovechado por los hititas para destruir el reino de Mitanni y conquistar Siria. En medio de esta amenaza Akenatón murió. Los años inmediatos a su muerte son confusos. Se sabe que lo sucedió Semenejkara, aunque no se sabe quién era este. Algunos afirman que se trata de un hermano de Akenatón, pero otros estudiosos insisten en que es la propia Nefertiti. Lo que está claro es que cuatro años después de la muerte de Akenatón, su hijo adolescente Tutankamón fue coronado faraón. El Rey Tut gobernó durante 10 años, al cabo de los cuales murió de forma violenta. El Visir Ay tomó entonces el poder durante cuatro años y fue reemplazado por el general Horembed. La dinastía XVIII había llegado a su final.
Akenatón y Nefertiti rinden tributo al dios Atón.

Los Ramésidas

Horembed impuso el orden con mano dura en todo Egipto y su enfrentó a los hititas en el norte. Sin embargo, murió sin dejar descendientes. Esto fue aprovechado por el Visir y General del Ejército Rámses I, quien era miembro de una familia de origen hicso de Avaris. Aunque su reinado apenas duró un año, con él se instauró la dinastía XIX. Su hijo, Sethy I pacificó las fronteras reconquistando Canaán y realizando expediciones contra los libios en el occidente y los hititas en Siria.

Ramsés II continuó las campañas bélicas de su padre contra los hititas tomando el control del reino de Amurru. En 1274 a.C. fue emboscado por el rey hitita Muwatalli II en la ciudad de Qadesh. Aunque Ramsés II logró escapar, los hititas se adjudicaron la victoria. Sin embargo, el faraón desplegó el poder de su propaganda levantando grandes monumentos donde proclamaba su victoria en Qadesh. La expansión Asiria presionó a los hititas a buscar la paz con Egipto. Ramsés II negoció entonces el primer tratado de paz conocido con el sucesor de Muwatalli II, el rey Hatusilli III.

Tras la guerra, Ramsés II creó su propia capital, Per-Ramsés, en la antigua ciudad de Avaris en la desembocadura del Nilo. Este era un intentó por asegurar la vigilancia sobre los territorios asiáticos. También se levantaron varios templos en Luxor y Karnak (cercanías de Tebas). Pero el templo más destacado de Ramsés II fue construido en Nubia: el magnífico templo de Abu Simbel.

El reinado de Ramsés II fue el segundo más largo de la historia egipcia (66 años). Fue sucedido por su hijo Meremptah quien tuvo que hacer frente a las invasiones de los Pueblos del Mar, aliados con los libios. Egipto logró resistir, pero durante el gobierno de Ramsés III en la dinastía XX la situación interna se deterioró rápidamente. Los saqueos de tumbas se generalizaron y un texto detalla la primera huelga de la historia cuando varios constructores de un templo en Tebas se negaron a seguir trabajando hasta que les aumentaran sus raciones de comida. Ramsés III fue asesinado por una conspiración y una serie de gobernantes débiles se sucedieron.

La tensión religiosa estalló durante la Guerra de los Impuros, en la cual los tebanos seguidores de Amón se enfrentaron a rebeldes seguidores de Seth de la ciudad de Heliópolis. Durante la guerra un Sumo Sacerdote intentó derrocar al faraón Ramsés XI, quien logró derrotarlo y lo reemplazó por el general mercenario libio Heryhor. Sin embargo, Heryhor traicionó al faraón y lo asesinó, nombrando a su pariente Sesmades faraón del Bajo Egipto y quedándose él con el control del territorio del sur.

Tercer Período Intermedio (1100 – 650 a.C.)

Este período es conocido como Edad Oscura debido a la poca documentación que se conserva. Egipto era dominada por la dinastía XXI, dividida entre el faraón del Bajo Egipto con capital en Tanis (posiblemente la misma Avaris) y los Sumos Sacerdotes de Amón en Tebas. La influencia sobre Siria, Fenicia y Palestina se perdió completamente y aparecieron ciudades y reinos poderosos como Tiro, Israel y Judá.

El equilibro de poder entre el norte y el sur de Egipto se rompió con el faraón de origen libio Sheshonq I de la dinastía XXII, quien impuso a su hijo como Sumo Sacerdote de Tebas, ganándose el enojo tebano. En la isla de Leontópolis al oeste de Tanis apareció la dinastía XXIII, también de origen libio, la cual reclamó el poder sobre zonas importantes del reino como la ciudad de Menfis. Aunque la dinastía XXII logró imponerse a sus rivales, una nueva dinastía (la XXIV) apareció en Sais, la isla más occidental del delta del Nilo.

Aprovechando el estado de desorden imperante, los sacerdotes de Tebas volvieron sus ojos al único gobernante capaz de salvar la antigua gloria de Egipto: el Rey de Kush.

Los Faraones Negros de Nubia

Durante siglos Nubia había estado bajo la influencia cultural de Egipto, hasta el punto de que el reino de Kush es considerado un estado culturalmente egipcio. Los sacerdotes de Tebas vieron en el rey Piankhi (Piye) al gobernante capaz de salvar a Egipto de los libios. Piankhi se veía a sí mismo como mensajero de Amón y heredero de las tradiciones de Ramsés II y Tutmosis III. Con un ejército kushita poderoso llegó hasta Tebas y desde allí inició una campaña de un año que lo hizo apoderarse de todo Egipto. Con él llegó al poder la dinastía XXV. Tras 35 años de reinado Piankhi murió y fue enterrado en una pirámide en Nubia (actual Sudán). Su hermano Shabaka trasladó la capital egipcia de regreso a Menfis.

Sin embargo, en el norte los asirios lograban consolidar su poder. En 701 a.C. Asiria y Egipto se enfrentaron en Eltekeh. Aunque los egipcios fueron derrotados, esta batalla ayudó a la supervivencia de Jerusalén.

En el 690 a.C. un hijo de Piankhi fue coronado en Menfis: el gran faraón Taharqa. Durante los siguientes 26 años Egipto vio un esplendor semejante al del Imperio Nuevo. Pero en 671 a.C, el recién coronado rey de Asiria, Esarhadon, atacó Egipto buscando neutralizar el poder de Taharqa. Los asirios tomaron Menfis y Taharqa se vio obligado a huir a Tebas. En 669 a.C. Taharqa retomó Menfis. Esarhadon murió camino a la guerra y fue sucedido por Asurbanipal, quien derrotó a Taharqa obligándolo a huir hasta Nubia.

Tras la muerte de Taharqa su sucesor, Tenutamón intentó recuperar el poder del Alto Egipto, pero fue también derrotado por los ejércitos asirios, los cuales destruyeron y saquearon Tebas.
El templo de Abu Simbel construido por Ramsés II.

Periodo Tardío (656 – 332 a.C.)

Con la retirada del ejército asirio para hacer frente a las rebeliones en Babilonia y Elam, el poder de Egipto quedó en manos de Psamético I, gobernador de Sais quien había favorecido a los asirios en la guerra contra los faraones kushitas. Bajo el gobierno de la dinastía XXVI se fortaleció la unidad nacional revitalizando el culto a Osiris. Las ciudades del Delta del Nilo vivieron un auge económico, mientras que el Alto Egipto fue relegado a un segundo plano. Comerciantes Jonios de las colonias griegas de Asia Menor llegaron a Egipto estableciendo nuevas rutas de comercio y trayendo la acuñación de monedas. Los griegos también se establecieron en Libia, en la ciudad de Cirene, lo cual fue visto con buenos ojos por los egipcios.

Tras la caída de Asiria ante Babilonia, el faraón Neko II apoyó los focos de resistencia asirios en el Levante y se enfrentó fallidamente a Nabucodonosor II en Karkemish y Hamat en 605 a.C. En 587 a.C. Apries apoyó una rebelión en Judá, lo cual provocó la segunda deportación de los israelitas a Babilonia. Egipto apoyó también a Tiro, la cual fue sitiada y tomada por los caldeos.

El ascenso del Imperio Persa llevó a Egipto a aliarse con Lidia y Babilonia, pero en el 525 a.C. el rey persa Cambises II derrotó al ejército egipcio de Psamético III en Pelusio y tomó Menfis. Cambises II nombró sátrapa (gobernador) al persa Ariandes, quien logró aplastar los intentos de rebelión tras la proclamación de Darío I como Emperador de Persia.

Otras rebeliones se sucedieron pero ninguna tuvo éxito hasta el reinado de Artajerjes II, cuando el líder egipcio Amirteo logró vencer a los persas. Amirteo fue a su vez depuesto por el también egipcio Neferites I, quien dio inicio a la dinastía XXIX. Durante los 60 años siguientes los egipcios mantuvieron su independencia a pesar de la inestabilidad del poder, asumido por dos dinastías. Las alianzas con las ciudades-estado griegas (principalmente Esparta y Atenas) le permitió a Egipto mantener a raya a los persas. Sin embargo, estos conquistaron nuevamente Egipto en 343 a.C. bajo el reinado de Artajerjes III.

Egipto en tiempos de Grecia y Roma

En el 332 a.C. el rey macedonio Alejandro Magno conquistó la ciudad de Tiro. Los egipcios pronto le pidieron que los liberara del yugo persa. Alejandro accedió y marchó hasta Menfis, donde fue coronado faraón. Ordenó construir el puerto de Alejandría al oeste del Delta del Nilo e identificó a Amón como el propio Zeus griego. Tras la muerte de Alejandro durante su conquista de Asia, Ptolomeo I recibió el gobierno de Egipto proclamándose faraón en 305 a.C. y fundando la última dinastía egipcia: la Ptolemaica. Bajo su gobierno se aseguraron las fronteras, se construyó el Faro de Alejandría y se acrecentó el intercambio cultural entre egipcios y griegos. Ptolomeo II trasladó la capital de Menfis a Alejandría, fortaleciendo el predominio griego en Egipto.

Sin embargo, el esplendor de los faraones alejandrinos pronto comenzó a opacarse. Los conflictos internos, complots, asesinatos y la cada vez mayor influencia de Roma en los asuntos de Egipto llevaron al reino a un estado de inestabilidad y violencia. En el 51 a.C. Ptolomeo XII Auletes murió, dejando como corregentes a sus jóvenes hijos Ptolomeo XIII de 10 años y Cleopatra VII de 17. La joven pronto entró en conflicto con su hermano y en el 48 a.C. abandonó Alejandría procurando hacerse de un ejército para tomar el control total de Egipto. El apoyo lo obtuvo del general romano Julio César, quien libraba su propia guerra civil en Roma contra Pompeyo. Cleopatra le dio un hijo a Julio César, Cesarión, y se encargó de introducir el culto de Isis en Roma.

Tras el asesinato de Julio César, Cleopatra sedujo a Marco Antonio, el cual había ganado el control de Roma junto con Octavio al derrotar a los republicanos. En el 37 a.C. Cleopatra y Marco Antonio se casaron.

El gobierno de Octavio y Marco Antonio se deterioró rápidamente y en el año 32 a.C. estalló la guerra. Octavio obtuvo el apoyo del Senado y le declaró la guerra a Egipto, acusando a Marco Antonio de ser un títere de los intereses de Cleopatra. En la batalla naval de Actio (septiembre del 31 a.C.) los barcos del general Agripa lograron penetrar las defensas de la armada de Cleopatra, quien entró en pánico y huyó. Marco Antonio se lanzó en su persecución abandonando a sus hombres. Tras la conquista de Octavio de la ciudad de Alejandría, Marco Antonio se suicidó. Cleopatra, desesperada ante las noticias, se quitó también la vida mediante la mordedura de un áspid. Con la muerte de la última de los Ptolomeos, Egipto fue transformado por Octavio en una provincia romana. Poco a poco la antigua cultura egipcia se diluyó ante las nuevas costumbres imperiales, proceso que se aceleró con la introducción del Cristianismo en el siglo I d.C.

Anotaciones para el Mundo Mágico: La misteriosa fauna mágica egipcia

Egipto ha sido por siempre una tierra de enigmas. El constante correr del Nilo y la presencia imponente de las arenas del Sahara han conquistado la imaginación de miles de viajeros a lo largo de la historia. Muchos relatos han sido narrados sobre los encantos mágicos de Egipto. Y aunque para los muggles las historias son sólo historias, la Comunidad Mágica sabe muy bien que detrás de toda historia se puede ocultar una realidad sorprendente. Donde mejor apreciamos esto es en la fauna mágica.

Ya en los tiempos antiguos gran variedad de criaturas mágicas habían sido identificadas, estudiadas y protegidas por los magos. Entre estas podemos resaltar a los erumpent, las esfinges (usadas desde la antigüedad como guardianes de tesoros), los grifos y los fénix (los cuales llegaban a anidar con frecuencia en el Templo del Sol de Heliópolis).

Sin embargo, existe una fauna mágica que ha llegado a nosotros a través sólo de los relatos y que ha permanecido elusiva a todos los intentos de nuestros más afamados magizoólogos por demostrar su existencia. La ocupación romana de Egipto es quizás una de las fuentes más importantes de estos relatos, como menciona el gran experto Newt Scamander en su artículo “Las Criaturas Secretas de la Antigüedad”:

“Fueron los esfuerzos de historiadores y naturalistas como Plinio el Viejo y Catón los que nos han permitido conocer una amplia variedad de criaturas mágicas que habrían poblado el norte de África al comienzo del primer siglo de nuestra era. Animales mágicos como los fénix y los grifos ya fueron descritos por estos estudiosos que, aunque muggles, supieron dejar descripciones detalladas de estas criaturas. Si tuvieron razón con estos animales, ¿podrían tenerla también con otros seres que hasta ahora han escapado a nuestros estudios?”

Dos casos interesantes pueden servir de ejemplo.

La Anfisbena es mencionada en la Farsalia como una de las extrañas criaturas que encontró Catón y sus soldados en el desierto africano. Esta serpiente venenosa poseía dos cabezas, una en el frente y otra en la cola. A pesar de ser descrita como una criatura sumamente venenosa, Plinio también celebró las propiedades medicinales de ella.

El Catoblepas habitaba en los confines de Etiopía, en las fuentes del Nilo, según datos de Plinio. Lo describe como una especie de búfalo de grandes proporciones con un cráneo tan grande y pesado que le es imposible llevarlo erguido, por lo que arrastra su cabeza por la tierra. Afirma también que, al igual que el basilisco, tiene la capacidad de matar tan sólo con la vista. Sin embargo, otras fuentes afirman que es su espantoso hedor el que mata.

¿Cuál será la verdad detrás de tan extraordinarias criaturas del norte de África? La pregunta aún está abierta y los magizoólogos siguen trabajando para descubrirlo.

Recursos de Investigación:

“Faraones del Sol”, revista National Geographic en español, abril de 2001

“La Batalla de Qadesh”, revista Historia National Geographic, número 34, 2006

“Faraones Negros”, revista National Geographic en español, febrero de 2008

Actividades:

1. Busca y presenta a tus compañeros información acerca de la Gran Esfinge de Giza.