- Tikal: la más grande de las ciudades mayas del Período Clásico ubicada en el Petén guatemalteco. Tikal significa “Lugar de las Voces”, y fue llamada así por el arqueólogo Sylvanus Morley. Su nombre verdadero era Yax Mutal. Se estima que su población alcanzó entre 100 mil y 150 mil habitantes en su momento de mayor esplendor. Entre sus edificios más importantes están la Pirámide del Gran Jaguar, el Templo de las Máscaras y el Templo de la Serpiente Bicéfala.
- Palenque: ubicada en el estado mexicano de Chiapas, fue la ciudad más importante del noroccidente maya y la capital de la región de B’akaal. El primer Señor de Palenque del que se tiene noticia fue K’uk B’alam (Quetzal Jaguar) quien fue coronado en el 431. En 599 y 611 Palenque fue saqueada por Calakmul por haberse aliado con Tikal. En el 615 fue coronado K’inich Janaab Pakal, mejor conocido como Pakal el Grande, quien restituyó el orden en la ciudad y expandió nuevamente su poderío. Palenque cayó en abandono tras ser derrotada en varias ocasiones por la vecina Toniná, la cual estaba aliada a Calakmul. Entre los edificios más importantes de Palenque se pueden mencionar el Templo de las Inscripciones, el Palacio, el Conjunto de las Cruces, el Acueducto y el campo del Juego de Pelota.
- Yaxchilán: fue la principal ciudad de la cuenca del río Usumacinta, en México. Su nombre significa “Piedras Verdes”. Tuvo dominio sobre otras ciudades del área, como fue el caso de Bonampak, pero también forjó alianzas con Piedras Negras y Tikal. En el 654 sostuvo una guerra contra Palenque. Su máximo apogeo se dio en el siglo VIII bajo el reinado de Escudo-Jaguar II.
- Copán: ubicada en el occidente de Honduras, fue el centro científico del mundo maya. Los astrónomos de Copán lograron crear tablas de eclipses bastante exactas y determinaron la duración precisa del año. Durante su mayor esplendor en el siglo VIII, Copán fue habitada por más de 20 mil personas.
- Uxmal: ubicada en la región del Puuc, en la Península de Yucatán, su nombre significa “tres veces edificada”. De acuerdo a las referencias que aparecen en el Chilam Balam y a estudios arqueológicos recientes, se estima que Uxmal fue fundada en el siglo VII. Esta ciudad recibió migraciones del altiplano central de México en dos ocasiones: la primera durante su fundación, y la segunda entre los años 987 y el 1007, ya en el Período Postclásico. La llegada de estos extranjeros con sus cultos a Tláloc y Quetzalcoatl impulsó los propios cultos a Chac y Kukulkán en toda la península. Algunas de las edificaciones más importantes de Uxmal son la Pirámide del Hechicero, la Casa de las Monjas, el Palacio del Gobernador, la Casa de las Tortugas, la Gran Pirámide y la Casa de las Palomas.
La influencia de Teotihuacan
Teotihuacan, la poderosa ciudad-estado del centro de México, fue determinante en el esplendor maya. El 8 de enero del 378 d.C, un enviado de dicha ciudad, conocido como Nace el Fuego, llegó a la ciudad de Waka en el oeste de Tikal con un contingente de soldados teotihuacanos. Tras hacer un pacto con K’inich B’ahalam, Señor de Waka, los teotihuacanos atacaron Tikal y la tomaron en menos de una semana. Nace el Fuego se encargó de asesinar a la nobleza de Tikal y colocar en el trono al hijo de Búho Lanzadardos, su Señor en Teotihuacan. De esta manera Tikal se consolidó como epicentro del desarrollo cultural y control político del mundo maya. Otras ciudades pronto se rindieron o fueron sometidas por la fuerza. En el 426 Tikal se apropió de Copán y coronó a un rey de su propia escogencia: Kinich Yax Kuk Mo, fundador de una nueva dinastía.
En el siglo VI los señores kan (serpiente) de Calakmul comenzaron una campaña de conquista que los llevaron a enfrentarse con Tikal. El conflicto se extendió por más de 130 años durante los cuales los sistemas de alianzas entre ciudades permitieron que Tikal extendiera su influencia hacia el norte hasta Palenque, mientras que la influencia de Calakmul se consolidó en las ciudades de la Península de Yucatán.
Esta lucha de poder impulsó el desarrollo de la cultura maya como nunca antes se había visto. Tanto Tikal como Calakmul trataron de convencer a otras ciudades de la conveniencia de una alianza con ellas a través del desarrollo del comercio, la construcción de grandes templos y monumentos y el apoyo militar.
Sin embargo, las mismas fuerzas que impulsaron el esplendor maya también serían responsables de su caída.
La Crisis de los Centros Teocráticos
Las razones exactas del colapso del mundo clásico maya aún siguen siendo tema de debate. Sin embargo, la mayoría de los expertos concuerdan en que más que un solo hecho, fue una serie de eventos, tales como la sobrepoblación, el daño ambiental, la sequía y la hambruna, los que llevaron a las poderosas ciudades-estado a la ruina. La excesiva y opulenta nobleza maya se vio incapaz de solventar la falta de recursos y responder a la crisis, gestándose así la rebelión de los vasallos. El clima de inestabilidad alentó la violencia, radicalizando el conflicto existente entre las alianzas lideradas por Tikal y Calakmul.
En el 562 Calakmul había asestado un duro golpe a su rival al derrotarla en una importantísima batalla. Pero ni la ciudad de Tikal ni su población fueron arrasadas por la triunfante Calakmul. En 630 una recuperada Tikal creó la ciudad de Dos Pilas para disputarle a Calakmul el dominio del río La Pasión. El gobernante de esta ciudad era Balaj Chan Kawiil, quien tuvo que exiliarse en el 658 cuando Dos Pilas fue invadida por Calakmul. Fue entonces cuando se gestó la traición. Para recuperar su poderío, Balaj Chan Kawiil se alió a Calakmul en el 679 y atacó Tikal, gobernada por su propio hermano Nuun Jol Chak. El triunfo fue nuevamente de Calakmul.
Alrededor del año 700, Hasaw Kan Kawil, Señor de Tikal, derrotó sucesivamente a Waka, Caracol y Calakmul, en una campaña que buscaba venganza por las humillaciones pasadas. Calakmul, a diferencia de Tikal, no logró recuperarse.
Entre el 700 y el 750 Teotihuacan fue destruida. La influencia de la ciudad que había impulsado el poderío de Tikal cesó de manera abrupta. No es de sorprender que 100 años después de la caída de Teotihuacan las grandes ciudades teocráticas mayas estuvieran inmersas en una crisis que las llevó al abandono y el olvido. En el año 800, Cancuén, la última gran ciudad maya del Petén, fue arrasada por una violenta rebelión. Una estela encontrada en la ciudad de Toniná marca el 18 de enero del 909, la última fecha conocida de la Cuenta Larga escrita por los mayas.
El templo-observatorio de El Caracol en Chichén-Itzá.
El Período Posclásico
El Período Postclásico abarca desde el año 1000 hasta el 1687 d.C, fecha en que los españoles conquistaron Tayasal, la última ciudad maya.
Tras el colapso de la cultura maya clásica, los putunes (mayas con gran influencia náhuatl del centro de México) aprovecharon para tomar el domino de la cuenca del río La Pasión. Desde allí se extendieron hacia el norte, logrando el dominio de la costa oriental de la Península de Yucatán. En el 918 una rama de los putunes conocida como los itzaes conquistó la ciudad de Chichén, la cual fue llamada desde entonces Chichén-Itzá. Esta ciudad pronto se convirtió en el principal centro de intercambio cultural en la región del Mayab. Entre sus principales edificios destacan la Pirámide de Kukulkán, el Templo de los Guerreros, el Cenote Sagrado, el observatorio El Caracol y el campo del Juego de Pelota.
Según la leyenda maya, fue en Chichén-Itzá donde el mítico Kukulkán fue recibido tras su huída de la ciudad de Tollan. Esto bien podría ser una metáfora de la influencia tolteca sobre la cultura maya del Postclásico.
Hacia el año 1000 Chichén-Itzá se unió a Uxmal y Mayapán en la llamada Confederación de Mayapán. Sin embargo, en el 1194 el Señor de Mayapán, Hunacc Ceel, rompió la confederación y atacó a las otras dos ciudades, sometiéndolas. Los itzaes regresaron entonces al Petén donde fundaron Tayasal, la cual sobreviviría hasta la Conquista. El dominio de Mayapán sobre Yucatán se mantuvo hasta 1441, cuando el Señor de Uxmal, Xupan Xiu, la atacó y destruyó por completo.
Anotaciones para el Mundo Mágico: ¿El Fin del Mundo según los Mayas?
21 de diciembre del 2012. Para muchos esa es la fecha del Fin del Mundo prevista por el Calendario Maya. Muggles y magos por igual se han dejado llevar por esta idea, pero ¿qué tan cierta puede resultar? O mejor aún: ¿es realmente esta fecha una indicación del fin de los tiempos?
Los mayas son reconocidos como grandes astrónomos que lograron desarrollar un calendario de gran precisión gracias a sus continuas observaciones de los movimientos de los astros. El templo-observatorio de El Caracol en Chichén-Itzá es sólo uno de los muchos observatorios que se pueden encontrar desde Palenque hasta Copán. Los estudiosos del Mundo Mágico están de acuerdo en que un conocimiento tan profundo de los cielos nocturnos podría garantizar la exactitud de las supuestas predicciones mayas. Sin embargo, esto no necesariamente se manifiesta como profecías puntuales.
La famosa vidente Cassandra Vablatsky se encargó de estudiar el tema en la década de los 70s y, para sorpresa de muchos, comparó a los mayas con los adivinos centauros. Según Vablatsky, para los mayas las respuestas que se muestran en los cielos no son tan claras como muchos esperan.
“Al igual que los centauros, los mayas buscan en los cielos las grandes corrientes del bien y del mal que se manifiestan en la continua danza de los astros. Yo, que he departido con centauros y de ellos he aprendido el accionar de las estrellas, no creo que un pueblo como los mayas, tan elevado en la visión de lo trascendente, haya puesto sus ojos en cosas tan intrascendentes como el Fin del Mundo”.
Para tranquilidad de muchos hay que recordar que el tiempo para los mayas es cíclico. Así que si bien es cierto el 21 de diciembre del 2012 se acabará el actual conteo que se inició el 13 de agosto del 3114 a.C, inmediatamente después comenzará uno nuevo partiendo de 0.
Recursos de Investigación:
Actividades:
1. ¿Qué aspectos de la Cultura Maya te parecen los más interesantes y llamativos?
2. ¿Cuál crees que ha sido el mayor legado de los Mayas?
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